Ahora que, con la crisis y
los “asuntos” en Grecia se habla tanto del euro y de volver a monedas anteriores,
merece la pena contar unas pequeñas historias sobre el origen de las distintas
expresiones que hacían referencia a nuestra anterior unidad monetaria…la
peseta…
-La Rubia…bueno,
esta es la más lógica…nace del especial color amarillo que las aleaciones
daban a las monedas de fracciones, primero, y de una peseta después…todos
hemos tenido una rubia en las manos…
-“Estoy sin blanca”…esto
es todavía más antiguo…mucho más que las pesetas…hay que remontarse hasta
el siglo XIV, cuando Juan I de Castilla acuñó una moneda de plata y cobre que
fue llamada “Blanca de Agnus Dei”. Su color blanquecino popularizo la denominación de “blanca”
que, como vemos, fue traspasando fronteras temporales…y aun hoy decimos “estoy
sin blanca” cuando no tenemos dinero…
“La perra”. Ésta es, seguramente, la más graciosa de todas…Resulta que durante el
siglo XIX se decidió acuñar una moneda que tenía grabada, en el anverso, la
imagen del Congreso de los Diputados, con sus leones en la entrada. Parece que
la reproducción no era todo lo fidedigna que uno desearía, sino que pecaba de
esquemática y poco acorde a la realidad. Y que eran precisamente los leones los
más perjudicados, quedando poco menos que esbozados con un tamaño ridículo. Así
que la gente, siempre tan jaracandosa, empezó a llamarles “perras”…porque
no llegaban a “leonas”. Y de ahí se pasó a llamar “perra” a toda la moneda que contenía tan difamante, para el
rey de la selva, dibujo…
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