martes, 8 de mayo de 2012

"Freaks"

Hace poco he tenido que hacer un pequeño análisis de la película "Freaks" de Todd Browning (1931), para un proyecto que me han encargado y espero pronto salga a la luz.

Como la crónica es breve en comparación al conjunto del libro, la cuelgo aquí...y así celebro, con retraso, la visita número 5000 al foro...gracias.

Otro día analizo "Freaks" en clave marxista...jeje




La imagen que en la actualidad tenemos sobre las ferias ambulantes y los artistas que en ellas se encontraban se encuentra irremediablemente unida a una película de culto, maldita en su momento, y que hoy en día se reconoce como parte de la influencia del séptimo arte en el imaginario popular.
Evidentemente, el film es Freaks, dirigida por Todd Browning.
A principios de los años 30 del siglo XX Todd Browning era uno de los valores al alza en la industria cinematográfica. Sus colaboraciones en la década anterior con Lon Chaney senior habían sido grandes éxitos comerciales, y marcaron un estilo y una mirada muy particulares, a mitad de camino entre la atmósfera gótica y el realismo más grotesco. Drácula, filmado en 1931 con Bela Lugosi encarnando al inmortal vampiro no hizo sino acrecentar el aura de este enorme director.
A los estudios de la Metro Goldwin Meyer no les pasa desapercibida esta alianza con el éxito que tiene Browning, y deciden encargarle la realización de un film que, con el tiempo, acabaría siendo maldito, enterrando casi por completo la carrera de su autor, y estando prohibido durante décadas en diferentes países. Y, únicamente, por mostrar la realidad tal cual erasin ambages.
Freaks, que en castellano es usualmente traducida como La Parad de los monstruos, fue estrenada en el año 1932, y muy pronto se convirtió en la sensación del momento, despertando en ese primer instante únicamente una profunda repulsión. Sólo el tiempo transmutaría esa sensación inicial, dejando al descubierto los múltiples y ricos matices que escondía la obra de Browning.
El argumento, con ser impactante, arroja una sensación de pequeña excusa para el verdadero objetivo de le película, que era mostrar a los artistas de las ferias ambulantes tal cual eran.
La historia nos cuenta el desmedido amor de Hans, un liliputiense que, enamorado de la bella trapecista Cleopatra, abandona a su pareja de siempre, la también diminuta Frieda. La hermosa Cleopatra decide burlarse cruelmente de Hans, fingiendo que mostrarse receptiva a sus atenciones, algo que le vienen perfecto cuando se entera de que Hans ha heredado una enorme fortuna. En ese momento decide casarse con él y envenenarlo para ser la beneficiaria del dinero. En la que posiblemente sea la escena más poderosa, simbólica e impactante del film todos los artistas de la feria, cada uno con su tara propia, preparan un banquete de bodas para el desdichado Hans y la cruel Cleopatra, con el objetivo de adoptar a la trapecista como una de ellos. Pero, en un arranque de repugnancia y horror, Cleopatra se niega, humillando a todos los allí presentes y, muy especialmente a su nuevo marido Hans. El final, dibujado con el trazo de las tragedias clásicas y las metáforas más imperecederas revela un enorme dramatismo, y encierra, en sí misma, el estremecimiento que produce mirar de frente el alma humana.
Lo que diferenció Freaks de todas las pantomimas anteriores sobre seres deformes que ya había filmado Hollywood fue que Browning exigió filmar esa historia con actores que, efectivamente, tuvieran las características físicas que sus papeles demandaban. Esa decisión, tan lógica como polémica, fue lo que acabó convirtiendo la película en maldita y legendaria.
El rodaje fue complicado desde el principio. Al parecer algunos actores profesionales no se acababan de acostumbrar a la presencia de los freaks, y muchos encargados técnicos de la Metro Goldwin Meyer se negaban a comer en la misma habitación que ellos. Además, los propios artistas comenzaron a tener celos los unos de los otros, mostrando, en ocasiones, actitudes propias de            primas donnas. Lo que, por otra parte, no deja de ser motivo de reflexión
Una vez concluido el montaje se multiplicaron los problemas para Browning. Algunos directivos de la productora se negaban a que el film se exhibiera en los circuitos comerciales. El preestreno, celebrado a principios de 1932, fue un completo fracaso: los espectadores, horrorizados, salieron literalmente corriendo de la sala. Se introdujeron, para intentar paliar el efecto del terror, supresiones en el metraje, cortando, nunca mejor dicho, una polémica escena que recogía, con gran lujo de detalles para la época, la castración de uno de los protagonistas
Pero nada de eso fue suficiente. Hubo algunas críticas elogiosas a su estreno, pero Feaks fue un completo fracaso de taquilla, manteniéndose únicamente dos semanas en cartel en, por ejemplo, Los Ángeles.
La película se convirtió en maldita. Con posterioridad la Metro intentó reestrenarla con otro título, pero todo quedó en una intentona fallida. No más favorable fue su distribución internacional. En Gran Bretaña estuvo prohibida hasta el año 1963, y en España no se autorizó su exhibición hasta 1997, aunque antes se pudo ver en el Festival de Cine de Sitges.
Todo ello la ha convertido en una película maldita, definida como la más prohibida de la historia del cine.
Los motivos de esto son variados, pero el principal es que Browning violaba por completo todas las formas en las cuales se había concebido la existencia delos artistas de las ferias ambulantes hasta aquel momento. El público estaba acostumbrado a ver a esos fenómenos exhibidos como piezas de museo, como horrores salidos de la imaginación de algún escritor, a los cuales no se tocaba, y ellos tampoco interactuaban con el público. Pero Browning saltó esos convencionalismos. Los freaks de Browning comen, aman y odian como cualquier personahacen bromas, tienen amigos, albergan sentimientos nobles y deshonrososComo cualquier otra persona. Y eso chocaba de frente con la mentalidad de la época. Además el director, en un alarde de humanismo que posteriormente se explicará, no quiere mostrar a los freaks como seres nobles dignos de compasión y simpatía. No. Browning hace algo aun más hermosoy nos muestra que esos artistas son seres humanos como los demáscon sus virtudes y sus defectos. No deben de ser admirados ni odiados, ni amados ni repudiados. Son como cualquier otra persona. Y esa idea, tan obvia hoy en día, resultó revolucionaria en su momento. El final, con los artistas convertidos en una masa indiferenciada de cuerpos y rostros en busca de una venganza común es una metáfora maravillosa del ser humano como animal social que vence todos los quebrantos que intentan impedirle ese hecho.
Pero, sobre todo la obra de Browning es un poema profundamente pesimista que intenta desentrañar la naturaleza humana. Un poema que huye de las afirmaciones de Nietzsche sobre la relación entre belleza física y bondad interior. Pero que tampoco emprende la visión contrarias, que hoy consideraríamos como políticamente correcta. No. En Freaks todos son, en última instancia, capaces de las mayores crueldades. Aquellos, como Cleopatra, que han sido agraciados con un aspecto primoroso, esconden un alma retorcida, ambiciosa y egoísta. Pero los fenómenos de feria no se quedan atrás, y son capaces de ejecutar las venganzas más espantosas contra aquellos que han herido a uno de los suyos. Venganzas físicas y, aun más terribles, morales, convirtiendo a quien fue hermoso en otro monstruo más. El hecho de que su reacción venga precedida de una acción maléfica previa no parece suficiente para salvaguardar la inocencia de estas criaturas. Es por ello que lo que crea Browning es, más allá de visiones simplistas sobre el derecho a la diferencia, una fábula negra y gpor dentro.specie humana...orrompido est a la diferencia, una f de estas criaturas. Es por ello que lo que crea Browning esoso, ótica que nos muestra cuan corrompido está el ser humano..toda la especie humanapor dentro.
La película se convirtió, pese a estas dudas iniciales (o gracias a ellas) en un film de culto. Reestrenada en los años 60, e influencia directa en la obra de aristas como Warhol o Jodorowsky, pronto fue tomada como génesis de un movimiento alternativo contracultural, opositor a la política estadounidense sobre todo en su vertiente exterior, que propugnaba la individualidad más allá de convenciones estéticas y sociales. Algo que, como explicamos con anterioridad al referir la venganza de los artistas en Freaks no es sino una visión simplista y edulcorada del film de Browning, convertido, ya de forma definitiva, en leyenda.

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